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POR QUÉ NO COMULGAMOS CON EL HOMENAJE A KORTA.

No existen los “misterios de la Historia”.
Existen las falsificaciones de la Historia,
las mentiras de quienes escriben la Historia.
Roque Dalton, “Las historias prohibidas del Pulgarcito” (1974)


El pasado mes de julio, por vía del Periódico El Libertario conocimos de una actividad en ocasión de cumplirse un mes del fallecimiento del Padre Korta: “Solidaridad con la lucha de los pueblos indígenas. Un compartir en recuerdo del hermano Korta”,… Desde ese día la causa de los pueblos aborígenes de Venezuela cuenta con un compañero menos”.  Esa convocatoria coincidió –con escasos días de distancia- con el quinto mes del asesinato del líder indígena Cacique Yukpa Sabino Romero.

          Desde un principio mostramos nuestro desacuerdo con este tipo de homenajes, que en nuestra opinión pueden significar un borrón y cuenta nueva sobre el papel que juega y ha jugado la iglesia venezolana como institución fundadora y perpetuadora del Estado, cuando junto a la espada santificó y justificó el genocidio contra los aborígenes y dueños originarios de estas tierras; y en especial sobre el papel que viene jugando la Compañía de Jesús en Venezuela en la lucha de los pueblos aborígenes, precisamente a raíz de la huelga de hambre del hermano jesuita Jesús María Korta, acción que representó de hecho un viraje en esas luchas con las trágicas consecuencias hoy conocidas por todos[1].

            Esta posición la habíamos sustentado en otras oportunidades,  por lo que está descartado que la misma obedezca a asuntos “personales” que en definitiva no nos ocupan. Tampoco debe entenderse como una posición negadora del papel que han jugado y juegan muchos hombres y mujeres, religiosos, ateos, anarquistas, comunistas, liberales, de diferentes corrientes políticas o tendencias religiosas, en las luchas democráticas que se libran en el mundo, sobretodo en el contexto de la defensa de los Derechos Humanos. Para recordar estos antecedentes, volveremos nuevamente sobre nuestras posiciones públicas ante el conflicto Yukpa y la participación de Korta.

          A principios de noviembre del 2010, tan pronto terminó la huelga de hambre Korta exigiendo la libertad de Sabino Romero, escribimos sobre las consecuencias de esta acción para las luchas indígenas señalando el papel de la Compañía de Jesús en el conflicto. En aquella oportunidad alertábamos.[2]     
“Primero, cómo es posible que luego de más doce años que el Sr Chávez, como candidato presidencial, prometió en la Sierra de Perijá devolver las tierras a sus dueños originarios y luego de engaños, burlas, traiciones y compra de conciencias y divisiones entre las comunidades indígenas, promovidas por este gobierno, se declarare que se viene a Caracas “reafirmando nuestro compromiso con el fortalecimiento y la consolidación del Proceso Revolucionario Bolivariano, agradeciendo el interés desplegado por el Gobierno Nacional a través de la Vice Presidencia de la República y su permanente comunicación con el Hermano Jesuita José María Korta”. Perdonen amigos míos, en política y luchas las alianzas tienen límites y si se quiere principios que no debemos olvidar, pero sobre todo la verdad no puede ser ocultada.
Todos sabemos muy bien que si los patronos y gobiernos quieren quebrar o congelar una lucha su arma predilecta es la “mesa de negociación”, la “comisión que estudiará el problema” o ahora esa nueva oferta llamada “La Hoja de Ruta”, que de paso es el último invento en materia de engaño de la diplomacia internacional del capital. Pregúntenles a los palestinos los resultados de las fulanas Hojas de Ruta que vienen firmando desde el siglo XX.
Ahora, con el debido respeto, resulta que la dirección del movimiento, la defensa de los intereses de los pueblos indígenas no está en manos de ellos, sino “de la Vice Presidencia de la República y su    permanente comunicación con el Hermano Jesuita José María Korta”. No pongo en duda la honestidad del Jesuita Korta y su dedicación a la labor entre las comunidades indígenas, pero Korta no es Yukpa, ni Bari, y ningún pueblo puede poner en manos de terceros la defensa de sus intereses. Pero hay algo más. Una cosa es hacer una labor misionera entre las comunidades indígenas en función de infiltrar en la cultura aborigen toda la ideología occidental, con su religión, mercantilismo, costumbres y tradiciones incluidas, y otra cosa es estar al lado del indi@ enfrentado a los terratenientes, su Estado y gobiernos de turno. En pocas palabras diferencio apoyo, y defiendo  claramente el compromiso y acción que hace Lusbi Portillo y los amigos del Zulia y otras regiones del país al lado de los indígenas en lucha, de la labor de los misioneros jesuitas o de cualquier  congregación religiosa. Quinientos años de historia no se pueden borrar, ni olvidar con una huelga de hambre.

            Nuestra posición, que fue compartida por muchos de los que hoy nos critican, es una abierta y clara posición política ante un hecho que mereció y merece el repudio, de aquellos que apoyamos las luchas de Sabino Romero y su comunidad. El asunto de fondo no tiene en absoluto nada que ver con la honestidad, ni la dedicación de Korta en su labor con los indígenas de Amazonas. CUESTIONÁMOS Y RECHAZAMOS SI, LA POSICIÓN Y ACCIÓN POLÍTICA QUE ASUMIÓ EN EL CONFLICTO YUKPA, TODA VEZ QUE KORTA TENIA UNA RESPONSABILIDAD CON LA ASAMBLEA INDÍGENA QUE LO HABIA NOMBRADO SU INTELOCUTOR ANTE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA.

           Para que se vea claramente en qué consistió el papel de los jesuitas en esta lucha y porqué señalamos la responsabilidad Korta y de la Compañía de Jesús, es necesario retomar el hilo de los acontecimientos, para poder analizar los hechos en su conjunto. Dejemos que los propios actores cuenten lo ocurrido.

          En medio de la huelga de hambre del Padre Korta (18-25 de octubre 2010) vinieron a Caracas un grupo de jóvenes indígenas representantes de 47 pueblos aborígenes, especialmente del estado Amazonas que conocían la labor del padre Korta. Venían con la disposición de incorporarse a la huelga de hambre de Korta.[3] Pero en esos días éste suspendió su protesta después de que el vicepresidente Elías Jaua le garantizara que lo recibiría para escuchar sus propuestas. A partir de allí se realizaron varias  asambleas, en la cual se redactó un documento donde los indígenas y colectivos, además de reconocer la causa Yukpa como suya, se comprometieron a asumirla. Ese documento recogía todo un programa de reivindicaciones, que se conoció como la Hoja de Ruta.[4]

        El 8 de noviembre de 2010, en una asamblea realizada en Caracas declaran “indígenas de distintas comunidades y de 12 pueblos, representando los 43 pueblos que existen en Venezuela. Algunos vivimos en las sierras, otros somos gente de morichales de costas y de ríos, también entre nosotros hay muchos que viven en las selvas y en las sabanas. Todos venimos desde muy lejos hasta Caracas porque queremos decir nuestra palabra directamente al Presidente Hugo Chávez Frías”

          En el texto que reproducimos a continuación, ellos mismos narran sus valiosas reflexiones en relación a la realidad que los hermanaba en la lucha:

“(…) Todos conocíamos la historia del Cacique Yukpa Sabino Romero, cuando llegamos a Caracas vimos películas de lo que pasa en la Sierra del Perijá, allá donde viven los Yukpa, y hablamos con sus hijos, y    vimos que tienen problemas con los ganaderos y también con los militares, y vimos que los Yukpa se dividieron por culpa de los criollos y de la Ministra Nicia Maldonado. Algunos criollos y Nicia Maldonado no quieren el bien para nosotros, por eso nos dividen y nos ponen a pelear entre   nosotros. Eso pasa igualito en nuestras comunidades, por eso creemos en el Cacique Sabino Romero.  Por eso pedimos que le den la libertad. Y también que le den la libertad a Olegario Romero y a Alexander Fernández. Porque la cárcel es de los criollos y porque allí el indígena sufre mucho y su familia también.
Así también hay problemas en nuestras comunidades y hay líderes que luchan por nuestra tierra y por eso son enemigos de los hacendados, los ganaderos y los capitalistas que nos roban la tierra y después nos ponen a trabajar como esclavos. Todos los pueblos tenemos líderes como el Cacique Yukpa. Son líderes que luchan porque quieren el bien para nosotros. Y no queremos que los pongan presos.
Por eso venimos a Caracas. Para exigir con el Hermano Korta que den libertad al Cacique Sabino   Romero y demás compañeros para que pasen a la jurisdicción indígena. Ese caso está viciado en la jurisdicción ordinaria. Como si no tuviera nada que ver con la lucha de Sabino por su pueblo… Todos queremos que nos devuelvan la tierra para vivir libres.
Hablamos con el Ministro del Ambiente Alejandro Hitcher y con la Ministra de Pueblos Indígenas Nicia Maldonado. Ellos prometieron que se va a reiniciar el proceso de demarcación. Estamos de acuerdo.
Nosotros le dijimos a Korta que queríamos hablar con el Presidente Chávez, pero Korta dijo que creía que el Gobierno tenía voluntad de dar una respuesta positiva a los reclamos que estamos haciendo, por eso levantó la huelga de hambre.  [5] 

           Como vemos, cuando los aborígenes quieren asumir la vocería y piden hablar con el presidente y exponer sus reivindicaciones, es el propio Korta quien los convence de “ el Gobierno tenía voluntad de dar una respuesta positiva a los reclamos que estamos haciendo”.

           Más tarde, los indígenas que se sumaron al conflicto deciden realizar una caminata desde la Plaza Bolívar para entregar la Hoja de Ruta aprobada en la asamblea, confiando que el “amigo y compañero” Korta, la entregaría al vicepresidente Elías Jaua[6], designado por el gobierno para negociar no con los indígenas, sino con sus intermediarios: los jesuitas.

          Es en este punto donde, se produce lo que algunos colectivos no dudaron en calificar como LA TRAICION DE LOS JESUITAS”.

           En qué consistió esta acción de la Compañía de Jesús[7], dejemos que hablen quienes han acompañado la lucha de los Yukpas y estaban presentes en aquella manifestación:

En plena Plaza Bolívar, retrocediendo en el debate e irrespetándolo se impuso la redacción de sectores de la Compañía de Jesús, a espaldas de la discusión abierta, pública y participativa en la que participaron estudiantes indígenas, voceros presentes, voceros desde comunidades y aliados de la causa indígena y revolucionaria continental.
Al borrador de los jesuitas, ya se le habían hecho cuestionamientos con el ánimo de concentrar el  diálogo con el gobierno bolivariano, en los puntos fundamentales que haría y harán algunas vez efectivos los derechos de los pueblos indígenas en Venezuela, rechazando hacer una propuesta complaciente para los ministerios de defensa, relaciones interiores y de pueblos indígenas, que hasta ahora solo han trabajado para sabotear y sustituir la voz de la resistencia indígena e invalidar por vía de una política clientelar los derechos consagrados en la Constitución Bolivariana y en las leyes.
La negación de la libertad de Sabino Romero, el derecho en su caso y el de los yukpas que luchan por  la tierra a ser juzgado por sus propias leyes, y la satanización de las organizaciones sociales es parte de los acuerdos que se aceptan en nombre de las comunidades indígenas en ese documento”[8]

                Como puede verse, la Hoja de Ruta que presentaron los jesuitas no solo había sido cuestionada y rechazada por la asamblea, luego de las fuertes críticas formuladas por parte de los propios indígenas y personas de otros colectivos que apoyan las luchas de los indígenas, sino algo más grave era otra Hoja de Ruta desconocida y contraria a la aprobada en la asamblea.

       Pero, qué contenía la Hoja de Ruta que debajo de la sotana sacaron a relucir los jesuitas, “amigos y compañeros de los indígenas” y que justamente fue calificada como una traición:

               UN CONTUNDENTE CUESTIONAMIENTO  A LA HOJA DE RUTA DE LOS JESUITAS:

• Acordar o proponer al Estado Gobierno convertir a los pueblos indígenas de estos espacios, volverse “los ojos de las Fuerzas Armadas” lo que significa decretar su exterminio cultural y físico.
• Proponer que estas comunidades sean “aliados en las labores de inteligencia” de la Fuerza Armada, es un acto irresponsable, y cristaliza los intereses mineros en la zona.
§  Apoyar a través de esta Hoja de Ruta la política militar extractiva minera energética portuaria vial del Estado gobierno en estos espacios o territorios indígenas a través de darle un sí a la construcción de Base Militares, contradice los esfuerzos colectivos de la construcción del estado de bienestar por y desde la visión o visiones de los pueblos indígenas en el continente.
Estas peticiones que parecen un simple ceder en las tareas de pactar con el Estado, no son nada inofensivas, por el contrario son peligrosas. La política de control social desde los consejos comunales y las bases militares en el corazón de los territorios indígenas, son dos concesiones claras, negociadas, entregadas en esta Hoja de Ruta. 
Que esto aparezca en la Hoja de Ruta, es la legalización, la legitimación del un crimen, una propuesta que pretende penetrar, quebrar y convertir en sapos de las policías a los indígenas”[9]

          Inmediatamente la Sociedad Homo et Natura, y Lusbi Portillo, se pronunció en desacuerdo denunciando  esta tenebrosa jugada de la Compañía de Jesús. He aquí lo que señaló Portillo:

                “No estamos de acuerdo con el contenido de la Hoja de Ruta que aparecida en última hora decidió entregar como propuesta sentida de los reunidos indígenas y no indígenas el movimiento Jesuitas que acompaña al Hermano Korta por ser expresión persistente aún y en gran medida de la política indigenista militar fronteriza y social colonial que siempre hemos combatido al Estado gobierno venezolano en todos los momentos de su historia y sus aliados compromisos de turno.
                1. No creemos que para la existencia de la paz en la frontera o construir “una relación armónica entre los miembros de las Fuerzas Armadas y las comunidades indígenas” los pueblos o naciones indígenas deban convertirse en los impulsadores o guardianes de la doctrina militarista de Seguridad Nacional del Estado Nación venezolano, mucho menos en la frontera de este país sometida a una guerra de cuarta generación soportada por intereses económicos imperiales transfronterizos.
                Acordar o pretender hacer parecer que se le propone al Estado Gobierno convertir a los pueblos indígenas de estos espacios, donde existen en exceso hasta cinco ejércitos como en el estado Apure,  volverse “los ojos de las Fuerzas Armadas” es simplemente decretar su exterminio cultural y físico.” Asumir públicamente que el camino de estas comunidades sea ser “aliados en las labores de inteligencia” de las Fuerzas Armadas es un acto irresponsable, por decir lo menos. En evidencia, esta propuesta sólo cristaliza la alucinación equivocada y ventajista del ministro de la Defensa y los intereses mineros que se han trepado a este pilar del poder, en ellos hoy los ministros El Aissami y Maldonado.
                Señores no se trata simplemente de capacitar los militares en fronteras en la antropología particular de cada pueblo indígena venezolano, colombiano o brasileño existentes, se trata en cambiar la política de Seguridad y Defensa Nacional del Estado Nación soportada en una visión de estado capitalista colonial, atrasada en todo sentido, defensor de proyectos económicos financieros extractivos viales portuarios globalizados (IRRSA y PPP, nuevos rostros del Alca en Venezuela filtrados a través de los llamados Ejes de Desarrollo), en nombre de la alianza estratégica económica  energética de los Estados Nacionales del continente, en donde los pueblos indígenas y sus territorios autónomos son la principal piedra de tranca para su implementación[10].

             Portillo concluye su escrito con este párrafo lapidario:

                “Ni siquiera el propio Estado se habría atrevido a extender públicamente tal solicitud, habría sido inconveniente, la peor de las grosería tramadas contra los siempre pueblos indígenas. Que apareciera, que aparezca en la Hoja de Ruta, es la legalización, la legitimación de la criminal una propuesta que   pretender penetrar, quebrar  y convertir en sapos de las policías a los indígenas. Aún tal vez no se alcance a ver las dimensiones de lo que brevemente exponemos entre estas líneas”[11].

          Estos son los hechos concretos sucedidos entre finales de octubre y noviembre del 2010, y ante los cuales hemos venido -y continuaremos- fijado posición. Por esta razón presentamos este primer documento, con la intención de aportar elementos para el análisis y balance del conflicto Yukpa, así como del papel que jugó la Compañía de Jesús en las negociaciones con el gobierno durante la huelga de hambre de Korta. No se olvide que en la Hoja de Ruta presentada, y a partir de la cual se llegó a acuerdos entre la Compañía de Jesús y el gobierno, se establecía entre otros puntos “la intervención militar en las zonas indígenas en conflicto”, como lo denunciara claramente el profesor Lusbi Portillo en aquella oportunidad.

            Hemos considerado necesario hacer este breve recuento, en especial para aquellas personas verdaderamente interesadas en conocer este oscuro episodio de las negociaciones del conflicto Yukpa con el Estado venezolano en octubre- noviembre del 2010. En igual medida demostrar que nuestra posición está avalada por hechos muy concretos y verificables, posición de paso conocida en diferentes foros, incluido El Libertario, que llegó a publicarlas tanto en su periódico, como en su blog, por lo que este análisis no es nuevo, exclusivo, ni secreto;  tiene su historia partiendo de los hechos –siempre testarudos-, y de un seguimiento basado en el análisis materialista que de ellos se desprende. Por lo tanto, quienes hoy encolerizados nos descalifican y acusan con todo tipo de epítetos, deberían al menos preguntarse a sí mismos a qué se debe este “olvido selectivo” sobre un tema que viene siendo analizado y difundido desde hace varios años, al igual que nuestras posiciones sobre el mismo.

 Nuestra crítica no olvida en ningún momento el papel de los misioneros de cualquier religión en el seno de las comunidades indígenas a lo largo de más de 500 años, destacamos además que su “misión” como representantes de una ideología claramente al servicio del capital es totalmente contraria a la cultura aborigen. La historia nos cuenta que cuando algún sacerdote o misionero ha asumido posiciones “opuestas o anticlericales” con sus ordenes o iglesias respectivas, han terminado enclaustrados, silenciados, han tenido que separarse de sus ordenes respectivas o son expulsados, y no pocos han pagado con su vida esta rebelión contra la estructura de la iglesia.

Los señalamientos vociferados en nuestra contra, solo eluden la esencia del fondo político-ideológico de los acuerdos entre jesuitas y gobierno, a raíz de la huelga de hambre del padre Korta, pero además se olvida de pronto que Korta fue obviamente un hermano jesuita e independientemente de ser amigo, compañero o simpatizante de los indígenas, fue ANTES QUE NADA UN JESUITA, QUE SOLO OBEDECE A SU SUPERIOR QUE PRECISAMENTE NO ES EL DIOS DEL CIELO SINO LA COMPAÑÍA DE JESÚS EN LA TIERRA.

          Por ello, cuando los indígenas confiaron en que Korta llevaría al vice presidente la Hoja de Ruta aprobada en la asamblea, experimentaron en carne propia cómo actúa y cómo se aplica la disciplina de la Compañía de Jesús con todos sus agentes,  ya sean sacerdotes ordenados, o simples hermanos.

         Si estos son los hechos, por qué de pronto se arma una campaña a modo de “santa cruzada” y se recurre a toda suerte de subterfugios, sobre un tema que suponemos el Libertario ya conocía suficientemente; pero sobretodo nos preguntamos por qué tratándose de una publicación autodenominada anarquista, y si se quiere con posiciones más radicales y principistas sobre el ateísmo, el papel de la iglesia y la religión, que cualquiera de las ideologías que se propugnan desde la llamada izquierda, ahora se indignan con nuestros señalamientos a la Compañía de Jesús y el nefasto papel de sus agentes en el conflicto Yukpa.

         Para poner sobre la mesa de discusión lo verdaderamente importante, vale decir los hechos, presentamos este primer documento, con la intención de aportar elementos para el análisis y balance del conflicto Yukpa, así como del papel que jugó la Compañía de Jesús en octubre-noviembre del 2010 y sobre todo el papel del Estado venezolano en los acontecimientos que condujeron al asesinato de Sabino Romero, reseñado en más de una ocasión como “una muerte anunciada”.[12]

                Preguntamos: ¿Cuál es la autonomía que se pregona  si admitimos sin cortapisas, sin un ápice de voluntad crítica, la intermediación de la Compañía de Jesús en un conflicto en el que, como siempre, los indígenas siguen poniendo los muertos?, ¿puede desvincularse a Kortha de la Compañía de Jesús, y de la Hoja de Ruta propuesta a espaldas de un colectivo indígena que confió en él la gestión de sus reivindicaciones? Sin duda, estas interrogantes deben ser respondidas. Nosotros decimos NO, y nos disponemos a sustentarlo en próximas entregas.   

                Para finalizar, hacemos nuestras las palabras de José Quintero Weir, y repetimos ni los misioneros “amigos” de los indios, ni las ONG y políticos de “izquierda”, que han apoyado las lucha de los indígenas, todos debemos reconocer, que no somos Bari,  Yukpa,  Pemón,  Warao o Kariña . Históricamente los religiosos han sustentado sus posiciones al lado del indígena partiendo de la “ etnocéntrica creencia de superioridad religiosa, han estado convencidos que su acción etnocida en contra de la religiosidad propia de los pueblos indígenas, no sólo ha sido “legal”, jurídicamente hablando sino que, además, permite a los “indios” “salvar” sus almas y, por añadidura, a sus propias torcidas almas ingresar al Paraíso” y los otros,  ” como toda izquierda que se precie de tal, comienza por pensar que todo indígena actual es manifestación de un síntoma: prehistoria y, por tanto, de atraso, de pasado que debe ser concluido para entrar en el “mero mero” desarrollo”( …) para detener esta sistemática política de etnogenocidio impulsada por el Estado-gobierno y todos los factores enemigos de los pueblos indígenas es urgente que los mismos pueblos y sus verdaderos aliados cobren conciencia de lo que en verdad está en juego y, lo que está en juego no es precisamente si Chávez se eterniza o no en el poder, sino de que manera construimos juntos el autónomo camino de nuestras comunidades”[13].


GRUPO DE ESTUDIO Y TRABAJO JESÚS ALBERTO MARQUEZ FINOL, “MOTILÓN”.
Para su libre difusión y crítica.
15 Agosto 2013

Notas.


[1] Lusbi Portillo y la sociedad Homo et Natura tienen 20 años acompañando a las luchas de los Yukpas. En los últimos 8 años las luchas de los Yukpas contra ganaderos, mineros y el Estado se ha intensificado y extendido en una cadena de asesinatos y atropellos contra los Yukpas. A lo largo del conflicto no conocimos de un pronunciamiento o participación de la Compañía de Jesús, hasta que sorpresivamente el padre Korta se declaró en Huelga de hambre en octubre del 2010, a raíz de la detención de Sabino.

[2]http://periodicoellibertario.blogspot.com/2010/11/debate-el-principio-del-fin-de-las.html . http://www.soberania.org/Articulos/articulo_5878.htm  Como puede verse desde el 2010,  El Libertario conocía nuestra posición, y si se quiere la compartió al igual que otros colectivos oficialistas y de oposición.


[3]  Esto lo palpamos en una reunión en la que participamos en presencia del padre Korta, en el lugar donde continuaba la huelga, en instalaciones de la Compañía de Jesús, en la esquina de Pajaritos, frente al edificio José María Vargas de la Asamblea Nacional, donde Korta había comenzado su huelga de hambre.

[4]  Léase el contenido de la Hoja de Ruta elaborada por la asamblea indígena en:  http://venezuela.indymedia.org/or/2010/11/27931.shtml.

[5] Fuente: Ídem, Subrayados nuestros.

[6]  El mismo que prometió el 25 de marzo pasado “En 60 días estará resuelto el problema de la tierra para los yukpa  http://laguarura.net/2013/03/25/jaua-en-60-dias-estara-resuelto-el-problema-de-la-tierra-para-los-yukpa/#sthash.YiXzfsW8.dpuf.

[7]  Y ratificamos que es una acción de la Compañía de Jesús, no olvidemos su estructura piramidal y la disciplina cuasi militar de esta Compañía, que en ningún momento permite que  negociaciones con gobiernos o Estados  queden en manos de un “hermano” como era  Korta. Más adelante ahondaremos en este punto.

[8]Ver: http://ecd.elciudadano.netdna-cdn.com/wp-content/uploads/2013/03/YUKPA-NOVIEMBRE-2012-version-larga1.pdf (página 47)

[9] Fuente: Ídem (Subrayados nuestros). Podemos decir con propiedad, porque lo hemos sufrido en carne propia,  que esta es una recurrida práctica de los Jesuitas y sus aliados para desviar y sacar provecho político de las luchas populares.

[10]  Fuente: http://www.aporrea.org/actualidad/a112252.html

[11]  Ídem.

[12] Invitamos a leer los escritos de José Ángel Quintero Weir, en especial “La Dignidad Perdida“ y “Palabras de emergencia por los Yukpa”  y otros, sobre el tema aquí tratado,


[13] http://periodicoellibertario.blogspot.com/2012/06/palabras-de-emergencia-por-los-yukpa.html. 


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